lunes, 19 de septiembre de 2016

Dinamarca en bicicleta (3ª parte)

Nuestro anterior artículo trataba sobre aspectos prácticos para viajar a Dinamarca, pero más allá de "aquello que necesitas" para sobrevivir a un viaje de esta envergadura hay otros muchos aspectos menos prácticos que merecen ser destacados. Son menos prácticos, pero más necesarios, de hecho son aquellas cosas que hacen que de nuevo estemos ansiosos de una nueva aventura. No caben en ninguna mochila, no salen en ninguna postal. Se viven.

Han sido setecientos kilómetros en nueve días, son muchos. La distancia entre Madrid y Girona, por ejemplo. Todos y cada uno de estos kilómetros han sido de disfrute tintados de sufrimiento. De ese sufrimiento que complace porque deja muchos recuerdos y serrín en los músculos, del que volverás a buscar en otra ocasión. Es el condimento imprescindible para una aventura.


Mientras el serrín se almacenaba en los músculos, las imágenes inundaban nuestra retina. La más recurrente en el transcurso de las jornadas eran los campos de cereales, principalmente trigo y maíz. En todas las regiones que visitamos, de norte a sur, el cultivo predominante eran estos cereales. Como el viento nunca se detenía, se generaba un baile hipnótico, el vaivén de las plantas de cereal y el sonido de hojarasca seca. Lejos de las grandes ciudades, cuando el silencio gobernaba, este ruido se convertía en musical. Creo que nuestra mente no conserva mejor recuerdo que los descansos que tomamos para observar esos campos de cereales bailando al capricho del viento.


 
Campos de trigo en Udby.

 
Dos aspectos nos llamaron mucho la atención al atravesar poblaciones, grandes y pequeñas. El primero de ellos, la soledad de los pueblos y ciudades. Es sorprendente la poca gente que nos cruzamos en la mayoría de las urbes por las que pasamos, con excepción de las principales ciudades del país. Era algo fantasmal. El segundo fenómeno era la calidad de las construcciones: se podrían contar con los dedos de las manos las casas en mal estado que pudimos ver. El diseño escandinavo que nos suena a piezas innombrables que no terminan de encajar alcanza el clímax en las casas de Dinamarca. Creo que a la vigesimoséptima casa maravillosa deje de decir "en esa casa viviría yo".

No sería justo hacer una mención al mar. Un país compuesto de tantas regiones desconectadas por tierra, lenguas de mar, islas, etc. necesita estar en comunión con el mar o exponerse a perder las batallas porque nadie puede con el mar. Los ferris son un medio de transporte tan cotidiano como nuestro autobús urbano. El pescado es parte habitual de la dieta, principalmente el lenguado. Y las playas, una playa de arena dura y gorda, son estrechas. Por el mar partieron los vikingos de expandir su cultura y territorio. Ese mar que forma parte de la cultura danesa de manera indisoluble. También disfrutamos de gran cantidad de lagos y ríos durante todo el recorrido, pero sin duda el mar es la estrella en este país.


Playa de Gilleleje.

Así concluyó nuestra visita a Dinamarca, pensando en ello y que todavía nos queda la parte más septentrional por visitar.
Aquí lo dejamos.... de momento.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Dinamarca en bicicleta (2ª parte)

No pretendemos ser una guía de viajes ni un sitio de referencia, pero consideramos que otras personas pueden beneficiarse de la experiencia que hemos vivido. Siempre recomendamos tomar los consejos con moderación, estar abiertos a que la experiencia que vamos a vivir no siempre se corresponda con la información previa que otras personas nos han dado, porque siempre hay un punto subjetivo cuando explicamos las vivencias. Además, siguiendo el proverbio "si una persona dice que te pareces a un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos, mírate al espejo", contrastar la información es algo fundamental.

Os dejamos algunas conclusiones que sacamos de nuestra experiencia en Dinamarca.

El clima
en
Dinamarca es muy cambiante. La ausencia de grandes cadenas montañosas supone que no haya barreras verticales para las nubes, por lo que no se estancan en su camino. Observando el cielo, nos sorprendía la velocidad a la que viajaban las nubes. Esto provoca que la lluvia aparezca y desaparezca en cuestión de minutos por lo que el chubasquero debe viajar en un lugar accesible. Un elemento climatológico más constante es el viento, que nos acompañó durante gran parte del viaje dificultando el pedaleo. En cuanto a la temperatura, a pesar de ser agosto sufrimos altas temperaturas en pocas ocasiones, con medias entre 12 y 25 grados.

Los daneses. Bien conocido es el argumento de que los latinos somos cálidos y simpáticos. Cuando salimos hacia el norte de Europa, la población es más celosa de mostrarse abierta a los visitantes. Así lo sentimos en Dinamarca, en todas las partes del país, de norte a sur y de este a oeste. Tenemos un par de amigos daneses que son muy agradables, por eso nos chocó un poco la frialdad que observamos en los daneses, pero hay que entender que somos nosotros los visitantes y debemos de adaptarnos a las características personales de los locales.

La comida danesa. Muy poca información podemos dar sobre este tema. No comimos en restaurantes locales y la única vez que preguntamos sobre un restaurante para comer comida típica danesa nos aconsejaron "ir al supermercado" (textual). Pero si podemos puntuar bien alto la pastelería de la zona. Goza de una alta estima y nosotros pudimos comprobarlo bien. Hay muchas pastelerías y de alta calidad.

Comida para el viaje. Bien sabido es que la vida en Dinamarca es algo más cara que en España. Es cierto. Pero con una buena organización de compra es sencillo realizar un viaje como el nuestro y hacer algo más económico. Aunque en Dinamarca puedes encontrar de todo, nosotros llevamos algunas cosas compradas desde España por dos motivos. Primero porque de esta manera evitábamos tener que perder tiempo el primer día de ruta para ir a la compra; segundo para ahorrar algo de dinero y aprovechar la maleta la facturada que incluía el billete de avión.

Campings. Debemos reconocer que no somos expertos en esta materia, de hecho esta ha sido nuestra primera experiencia. Sin embargo, cuando hemos trasladado nuestra experiencia a otras personas que entienden del tema, han reconocido la alta calidad de los campings daneses. En total, hemos pernoctado en ocho distintos. Los precios oscilan entre 25 y 32 euros, incluyendo dos personas y tienda de campaña. En este precio está incluida la utilización ilimitada de la cocina de gas, fregaderos para los utensilios de cocina y aseos. En algunos campings también esta incluido el uso ilimitado de la ducha, mientras que en otros este servicio se paga por tramos de minutos, pero es un gasto que ya está incluido en el precio medio que hemos indicado. Todos los campings tienen wifi, en algunos es gratuito y en otros hay que pagar un extra, que en este caso no hemos incluido en los precios medios porque nunca lo contratamos. La electricidad no esta incluida, pero en las cocinas siempre hay enchufes que puedes utilizar para cargar móviles o cámaras mientras estás cocinando. Otro servicio con el que se cuenta, también de pago, es el de lavadora y secadora. En general, todos los campings están muy limpios y en muy buen estado.






Dinero. En Dinamarca la tarjeta es el medio más común de pago, pero nosotros optamos por llevar dinero en efectivo. En ambos casos, la banca nunca pierde y al cliente le toca pagar una pequeña comisión. Mientras que al cambiar efectivo la casa de cambio o el banco se lleva un comisión y te hace un cambio beneficioso para sus intereses, cada vez que pagas con tarjeta tu entidad bancaria puede hacer lo mismo dependiendo de las condiciones de tu contrato. A nosotros nos cargaron comisiones entre noventa céntimos y un euro con diez céntimos por cada pago con tarjeta. La diferencia es que si decides cambiar dinero en efectivo, ya sabes de antemano cuanto has pagado de comisión, mientras que si decides llevar la tarjeta y pagar con ella el total de comisiones que pagues dependerá del número de veces que utilices la tarjeta. Según nuestros cálculos, hay muy poca diferencia entre lo que hemos gastado y lo que hubiésemos gastado en caso de haber utilizado la tarjeta.

Alquiler de bicicletas. Sobre este tema habría mucho que hablar. La principal conclusión que sacamos es que es que es aconsejable llevar tu propia bici, siempre que tengas una buena máquina y posibilidad de llevarla. Nosotros alquilamos las bicicletas en Copenhague por unos 140 euros por diez días. En nuestro caso, las bicis que alquilamos eran buenas pero habían conocido tiempos mejores, por lo que requirieron que le realizáramos algunos ajustes.
Es difícil que una bici alquilada llegue a ofrecerte el confort de tu propia bicicleta, que tiene todos los ajustes a tu medida. Además puedes encontrarte con que el estado de las bicis no sea el mejor una vez que la recoges. La opción de llevar tu propia bicicleta requiere pagar el billete a la compañía aérea y comprar una caja especial para el transporte. Así que cada uno debe valorar si es más beneficioso llevar su propia bici o alquilar una, dependiendo de precios e inconvenientes de cada opción.
En el caso concreto de Copenhague, hay una gran cantidad de tiendas de alquiler bicicletas. Puedes elegir una tienda previamente al viaje por internet, preguntando precios y dudas por correo electrónico o teléfono. En el caso de llegar y encontrar que la bici que te ha tocado no es de tu gusto, puedes buscar otra tienda. 






Por supuesto, estas son solamente algunas pistas que quizás puedan ayudar a alguien que quiera visitar Dinamarca. Como comentamos al inicio de la entrada, son conclusiones basadas en nuestra experiencia personal, no son una realidad absoluta. A nosotros nos ayudaron mucho otros blogs personales, esperemos que este pueda ser también de ayuda.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Dinamarca en bicicleta (1ª parte)



La diferencia entre lo que uno espera y lo que realmente sucede es la chispa de la fascinación. Cuando uno prepara un viaje durante mucho, mucho tiempo, el inconsciente dibuja azarosos bocetos de cada lugar sin atender a la dialéctica, pretendiendo dilatar ciudades pequeñas y llenar de nieve  lugares calientes.

No todo lo que esperábamos sucedió ni todo lo que sucedió era esperado, por este motivo nuestro viaje por Dinamarca nos ha dejado muy satisfechos, porque apareció la fascinación y la fascinación alimenta las ganas de aventura. Han sido muchas vivencias y las positivas superan claramente a las negativas. Algunas de ellas se describen mejor a través de imágenes.



El mapa completo de nuestro viaje.


Primera noche en el camping de Koge.

Puente sur en la isla de Masnedo.

Muelle de Spodjberg.

Casa museo de H. C. Andersen en Odense.

Castillo de Kronborg en Helsingor.

Tumbas en montículos en la localidad de Vinding.

 
 Castillo de Frederiksborg en Lillerod.

Bicicleta con truco.

Castillo de Christiansborg en Copenhague.

Cocinando donde el camino lo exija. 

Vejle.


lunes, 1 de agosto de 2016

Las lágrimas de Povlsen

Por Raúl Terrón

Los kilómetros que me alejan de mi hermano Ricky no impidieron que esporádicas aventuras imaginarias ocurrieran en nuestras cabezas, todas ellas alimentadas por los estupendos recuerdos que adquirimos durante la travesía por el GR10 madrileño en 2011. Algunas veces en estos años charlamos sobre ellas. Pero las pasadas navidades, durante mis vacaciones en España, el asunto se puso serio.

Nos convencimos de disfrutar de una nueva peripecia en el verano de 2016. La bicicleta fue el medio escogido sin lugar a discusión, pero el escenario no lo teníamos tan claro. Unos días más tarde, Ricky me propuso Dinamarca como lugar de destino. Tras compadecer a los daneses, porque no tienen culpa de nada, decidimos que allí sería. Pero posteriormente mucha gente me ha formulado la pregunta “¿Por qué Dinamarca?”.

Es una buena pregunta sin una respuesta clara. Tratarse de un país bastante plano le hizo ganar muchos puntos. Sin embargo, no es barato y no comparte el Euro como moneda común. La lógica le otorgaba varios argumentos a favor y algunos en contra. Pero siempre hay que buscar el punto romántico a todas las historias y para mí al nombre de Dinamarca me lleva de regreso al verano de 1992. Entonces, un grupo de insolentes futbolistas daneses arrebataron la Eurocopa de selecciones a sus poderosos rivales, que observaron atónitos e impotentes como los invitados vikingos se llevaban los restos de la cena a casa. A la de Odín, concretamente.

Aquel día, el delantero Fleming Povlsen lloró frenéticamente durante media hora, entre el desconcierto y el júbilo. Esas lágrimas se convirtieron, en mi cabeza pre-adolescente, en la madre de todas las lluvias de alegría. La misma lluvia que, si las predicciones no se equivocan, nos acompañará intermitentemente durante nuestro periplo danés.

Una vez decidido el destino, se han sucedido varios meses de trabajo intenso: billetes de avión, alojamientos, bicicletas, presupuestos, etc. También preguntar muchas dudas a nuestros amigos daneses, que buena ayuda nos han prestado. Trabajar el cuerpo y la mente con duro y constante entrenamiento y la lectura de alguna novela de Jussi Adler-Olssen, que os recomiendo leer aunque no tengáis intención de ir a Dinamarca.

Esperamos tener una buena ruta, obtener fabulosos recuerdos como aquellos que ya cumplen cinco años. También poder contarlo en este blog. Pero ante la preguntas de porque Dinamarca, no tenemos una respuesta precisa. Yo solo puedo decir que cuando mi hermano me lo propuso, mi memoria evocó la lluvia de verano de Fleming Povlsen.





viernes, 29 de julio de 2016

Quinto aniversario

Hace ya cinco años que nació este blog a raíz de nuestro viaje por el tramo madrileño del GR10. Desde entonces publicamos otras rutas que hemos realizado aunque últimamente teníamos este medio abandonado. Lo cierto es que no ha sido motivado por la desidia ni por falta de compromiso con los más de 26.000 lectores que han visitado nuestro blog, como ya anunciamos en nuestra última entrada hemos vivido muchos cambios últimamente. El principal escollo ha sido que los hermanos Terrón vivamos a casi 2.000 kilómetros de distancia. Pero esto va a cambiar.

Con motivo del quinto aniversario de nuestra primera gran ruta, próximamente volveremos a las andadas aunque esta vez será algo distinta. Os mantendremos informados...