No
pretendemos ser una guía de viajes ni un sitio de referencia, pero consideramos
que otras personas pueden beneficiarse de la experiencia que hemos vivido.
Siempre recomendamos tomar los consejos con moderación, estar abiertos a que la
experiencia que vamos a vivir no siempre se corresponda con la información
previa que otras personas nos han dado, porque siempre hay un punto subjetivo
cuando explicamos las vivencias. Además, siguiendo el proverbio "si una
persona dice que te pareces a un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos,
mírate al espejo", contrastar la información es algo fundamental.
Os dejamos algunas conclusiones que sacamos de nuestra experiencia en
Dinamarca.
El clima en Dinamarca es muy cambiante. La ausencia de grandes cadenas montañosas
supone que no haya barreras verticales para las nubes, por lo que no se
estancan en su camino. Observando el cielo, nos sorprendía la velocidad a la
que viajaban las nubes. Esto provoca que la lluvia aparezca y desaparezca en
cuestión de minutos por lo que el chubasquero debe viajar en un lugar
accesible. Un elemento climatológico más constante es el viento, que nos
acompañó durante gran parte del viaje dificultando el pedaleo. En cuanto a la
temperatura, a pesar de ser agosto sufrimos altas temperaturas en pocas
ocasiones, con medias entre 12 y 25 grados.
Los daneses. Bien conocido es el argumento de que los latinos somos cálidos y
simpáticos. Cuando salimos hacia el norte de Europa, la población es más celosa
de mostrarse abierta a los visitantes. Así lo sentimos en Dinamarca, en todas
las partes del país, de norte a sur y de este a oeste. Tenemos un par de amigos
daneses que son muy agradables, por eso nos chocó un poco la frialdad que
observamos en los daneses, pero hay que entender que somos nosotros los
visitantes y debemos de adaptarnos a las características personales de los
locales.
La comida danesa. Muy poca información podemos dar sobre este tema. No comimos
en restaurantes locales y la única vez que preguntamos sobre un restaurante
para comer comida típica danesa nos aconsejaron "ir al supermercado"
(textual). Pero si podemos puntuar bien alto la pastelería de la zona. Goza de
una alta estima y nosotros pudimos comprobarlo bien. Hay muchas pastelerías y
de alta calidad.
Comida para el viaje. Bien sabido es que la vida en Dinamarca es algo más cara
que en España. Es cierto. Pero con una buena organización de compra es sencillo
realizar un viaje como el nuestro y hacer algo más económico. Aunque en Dinamarca
puedes encontrar de todo, nosotros llevamos algunas cosas compradas desde
España por dos motivos. Primero porque de esta manera evitábamos tener que
perder tiempo el primer día de ruta para ir a la compra; segundo para ahorrar
algo de dinero y aprovechar la maleta la facturada que incluía el billete de
avión.
Campings. Debemos reconocer que no somos expertos en esta materia, de hecho esta ha
sido nuestra primera experiencia. Sin
embargo, cuando hemos trasladado nuestra experiencia a otras personas que
entienden del tema, han reconocido la alta calidad de
los campings daneses. En total, hemos pernoctado en ocho distintos.
Los precios oscilan entre 25 y 32 euros, incluyendo dos personas y tienda de
campaña. En este precio está incluida la utilización ilimitada de la cocina de
gas, fregaderos para los utensilios de cocina y aseos. En algunos campings
también esta incluido el uso ilimitado de la ducha, mientras que en otros este
servicio se paga por tramos de minutos, pero es un gasto que ya está incluido
en el precio medio que hemos indicado. Todos los campings
tienen wifi, en algunos es gratuito y en otros hay que pagar un extra, que en
este caso no hemos incluido en los precios medios porque nunca lo contratamos.
La electricidad no esta incluida, pero en las cocinas siempre hay enchufes que
puedes utilizar para cargar móviles o cámaras mientras estás cocinando. Otro
servicio con el que se cuenta, también de pago,
es el de lavadora y secadora. En general, todos los campings están muy limpios
y en muy buen estado.
Dinero. En Dinamarca la tarjeta es el medio más común de pago, pero nosotros
optamos por llevar dinero en efectivo. En ambos casos, la banca nunca pierde y
al cliente le toca pagar una pequeña comisión. Mientras que al cambiar efectivo
la casa de cambio o el banco se lleva un comisión y te hace un cambio
beneficioso para sus intereses, cada vez que pagas con tarjeta tu entidad
bancaria puede hacer lo mismo dependiendo de las condiciones de tu contrato. A
nosotros nos cargaron comisiones entre noventa céntimos y un euro con diez
céntimos por cada pago con tarjeta. La diferencia es que si decides cambiar
dinero en efectivo, ya sabes de antemano cuanto has pagado de comisión,
mientras que si decides llevar la tarjeta y pagar con ella el total de
comisiones que pagues dependerá del número de veces que utilices la tarjeta.
Según nuestros cálculos, hay muy poca diferencia entre lo que hemos gastado y
lo que hubiésemos gastado en caso de haber utilizado la tarjeta.
Alquiler de bicicletas. Sobre este tema habría mucho que hablar. La principal conclusión
que sacamos es que es que es aconsejable llevar tu propia bici, siempre que
tengas una buena máquina y posibilidad de llevarla. Nosotros alquilamos las
bicicletas en Copenhague por unos 140 euros por diez días. En nuestro caso, las
bicis que alquilamos eran buenas pero habían conocido tiempos mejores, por lo
que requirieron que le realizáramos algunos ajustes.
Es difícil que una bici alquilada llegue a ofrecerte el confort de tu propia
bicicleta, que tiene todos los ajustes a tu medida. Además puedes encontrarte
con que el estado de las bicis no sea el mejor una vez que la recoges. La
opción de llevar tu propia bicicleta requiere pagar el billete a la compañía aérea
y comprar una caja especial para el transporte. Así que cada uno debe valorar
si es más beneficioso llevar su propia bici o alquilar una, dependiendo de
precios e inconvenientes de cada opción.
En el caso concreto de Copenhague, hay una gran cantidad de tiendas de alquiler
bicicletas. Puedes elegir una tienda previamente al viaje por internet,
preguntando precios y dudas por correo electrónico o teléfono. En el caso de
llegar y encontrar que la bici que te ha tocado no es de tu gusto, puedes
buscar otra tienda.
Por supuesto, estas son solamente algunas pistas que quizás puedan ayudar a
alguien que quiera visitar Dinamarca. Como comentamos al inicio de la entrada,
son conclusiones basadas en nuestra experiencia personal, no son una realidad
absoluta. A nosotros nos ayudaron mucho otros blogs personales, esperemos que
este pueda ser también de ayuda.
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